SÍ, EL MATRIMONIO INFANTIL EN AMÉRICA LATINA EXISTE
- Paula Seijo
- 25 jul 2019
- 5 Min. de lectura
En América Latina, 1 de cada 4 niñas se unen en uniones tempranas o forzadas antes de los 18 años. A pesar de la magnitud del problema, es la única región en la que las tasas de matrimonios y uniones tempranas no han variado en los últimos 20 años.

Cuando se habla de matrimonio infantil, la mayoría de las discusiones y/o acciones globales se suelen centrar en África subsahariana o en Asia Oriental y el Pacifico. Rara vez, pensamos en América Latina y el Caribe. La invisibilidad de esta práctica en el imaginario popular contrasta de manera sorprendente con la amplia presencia del matrimonio infantil de la región, donde el 30% de las mujeres de 20 a 49 años estaban casadas o mantienen unión desde antes de los 18 años, mientras que un 18% se casó antes de cumplir los 15 (UNICEF, 2018).
A nivel global, el matrimonio infantil o unión temprana afecta a 1 de cada 3 mujeres jóvenes de 20-24 años de edad, es decir, 70 millones de mujeres se casaron antes de cumplir los 18 años en 61 países de todas las regiones del mundo.
En América Latina está práctica la viven 1 de cada 4 niñas, aunque ligeramente por debajo de la media mundial, en algunos países las cifras llegan incluso a superarla, con las mayores tasas en Brasil (36%), República Dominicana (41%), Nicaragua (41%) y Honduras (34%). Brasil, por ejemplo, tiene los números absolutos más altos de niñas en matrimonios infantiles de la región y se estima que es el cuarto país en número total en todo el mundo: 88.000 niñas y niños (de edades entre los 10 y los 14 años) están en lo que el censo nacional clasifica como uniones “consensuales” (informales), civiles y/o religiosas. En México, 1 de cada 5 niñas de 15 a 19 años están casadas o en unión de hecho y en República Dominicana, el 12% de las niñas menores de 15 años están casadas o unidas tempranamente, ocupando el primer puesto a nivel regional de matrimonio infantil antes de los 15 años. Sí, el matrimonio infantil en América Latina existe y es muy común. A más de uno/a, esto le pilla de sorpresa.
Pero, ¿Por qué los menores se casan tan pronto? ¿Cuáles son las razones y las consecuencias de estas uniones? Existen múltiples razones que empujan a los más jóvenes al matrimonio o la unión temprana. Una de las razones más sobresalientes es el control de la sexualidad de las niñas por parte de sus familias y como una solución a los embarazos adolescentes, protegiendo el honor de la familia y asegurando el apoyo financiero del padre al bebé. Otro factor es la pobreza, en la medida en que las niñas y adolescentes no tienen acceso a oportunidades de educación o laborales, pueden llegar a ser vistas como una carga económica para las familias y por ende, empujadas al matrimonio para mejorar sus posibilidades de un futuro mejor. Esto es especialmente evidente en zonas rurales, donde la tasa de matrimonio infantil se duplica respecto a la de niñas que viven en zonas urbanas (44% frente a 22% respectivamente), dado el menor acceso a servicios de calidad y oportunidades de educación. En otras, la razón nace sobre el control de la movilidad de la niña por parte de la familia, situaciones de abuso o la violencia sexual en el núcleo familiar, sirviendo el matrimonio como una vía de escape. En todos los casos y factores, el matrimonio infantil se perpetúa gracias a normas sociales generalizadas de discriminación y desigualdad de género.
Un aspecto importante en esta práctica es la escasa consideración que recibe la iniciación sexual de los adolescentes en la región. El promedio de edad para el consentimiento sexual en la región es de 14 años, y en muchos Estados, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva está limitada a mayores de 18 años. Esta falta de reconocimiento de los Estados sobre las necesidades de los jóvenes de acceder a los servicios de salud integral e información - para que ellos puedan manejar de manera responsable su salud sexual y reproductiva - es al mismo tiempo una “causa y consecuencia” del matrimonio infantil. “La región de Latinoamérica y el Caribe cuenta con las tasas más altas del mundo en términos de iniciación sexual de las niñas; más del 22 por ciento han tenido su primera relación sexual antes de cumplir los 15 años” (UNICEF, 2018). Con esta tasa, y la limitación de acceso a servicios e información, los adolescentes son particularmente vulnerables a enfermedades de transmisión sexual, VIH/SIDA o embarazos no deseados. Esa reticencia a reconocerlas/os como sujetos sexualmente activos – por parte de las instituciones, la familia y la sociedad en general - está limitando el ejercicio de sus derechos y es, en buena parte, una de las razones por las que “el embarazo de niñas y adolescentes es, en los últimos 20 años, uno de los problemas más críticos que afectan a las mujeres en la región” (UNICEF, 2018). Sin métodos anticonceptivos de fácil acceso, sin información, aparecerán embarazos no planeados y con ellos, el abandono del sistema de educación, un posible matrimonio o unión informal, riesgos médicos y psicosociales para la niña o adolescente, escasas oportunidades laborales, y un largo etcétera de consecuencias que termina redundando en un menor desarrollo en la región. No he dicho nada nuevo. Son más de 20 años con la misma historia.
América Latina y el Caribe (ALC) es la única región en la que las tasas de matrimonios y uniones tempranas no han variado en los últimos 20 años.
¿Qué pasa que nadie reacciona?
Los datos hablan solos, otro caso es que nadie quiera verlos. La magnitud del problema amerita un accionar integral en toda la región. Sin embargo, el inmovilismo es la pauta, “mientras a nivel mundial la práctica del matrimonio infantil ha ido disminuyendo lentamente desde la década de 1980, no se ha observado ningún cambio significativo en la región” (UNICEF, 2018). ¿Por qué los matrimonios infantiles y las uniones infantiles, tempranas y forzadas muchas veces no son reconocidos como un problema en América Latina y el Caribe? Según la plataforma Girls Not Brides, la magnitud del problema en la región es largamente subestimada, con información sobre los matrimonios y uniones tempranas a menudo incompleta y desactualizada. Este tema no interesa - a pesar de las muchas consecuencias en el desarrollo pleno de las niñas y adolescentes - al conservadurismo y moralismo tradicional patriarcal que seguirá frenando los avances en materia de igualdad y acceso a derechos de los jóvenes en la región. El matrimonio infantil requiere esfuerzos urgentes y sostenidos por parte de diversos actores de múltiples sectores, pero sobretodo requiere reconocimiento y voluntad. Reconocimiento de que SÍ EXISTE y voluntad política para cambiarlo.
UNICEF. (2018). Cambio de legislación sobre la edad de matrimonio: Experiencias exitosas y lecciones aprendidas de América Latina y el Caribe. UNICEF, UNFPA, OPS/OMS, ONUSIDA y ONU Mujeres.
GIRLSNOTBRIDES (2019). www.girlsnotbrides.es
Me parce triste las cifras que comentas y me perturba que desde el 80 las cifras no bajen. Esto quiere decir que tenemos un atraso de casi 30 años en el tema. Me quedo la duda de las cifras en países como Argentina, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela. También quisiera invitarte a ver el caso de Paraguay con lupa, ya que este país después de la guerra de la triple alianza acepto la poligamia como una estrategia para repoblar el país y seria interesante ver esto como se puede relacionar con este fenómeno.
Gracias por poner esto en evidencia y te deseo muchos escritos más.